Un menor de edad terminó con una aguja incrustada en el cerebro, luego de asistir junto a su padre a pasar una consulta dental en el Hospital Guillermo Kaelin, en Villa María del Triunfo.
El hecho ocurrió cuando el pequeño se movía mucho por temor a la intervención, la dentista terminó perdiendo una aguja en la boca de su paciente.
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Los familiares cuenta que, pese a esto, los mandaron a casa sin ninguna ayuda adicional. Pero, al día siguiente, este objeto migró por su cabeza hasta alojarse en su cerebro, por lo que fue derivado de emergencia al Hospital Rebagliati.
La preocupación ahora es que la aguja pueda terminar provocando un daño irreparable en el menor de 6 años.
Este sería uno de los primeros casos que estos médicos de esta red atienden, por lo que se tendría que hacer un estudio detallado porque se requiere una cirugía inmediata.