Este viernes, las víctimas mortales tras las inundaciones registradas en el norte de Turquía incrementaron a 27, informaron las autoridades locales.
Más de 1.700 personas han tenido que abandonar sus casas, ya que las inundaciones, las crecidas de ríos y los corrimientos de tierra a orillas del mar Negro han llegado a derrumbar edificios de hasta ocho plantas. Los daños a la infraestructura han dejado a alrededor de 330 aldeas sin electricidad. Cinco puentes han colapsado y numerosas carreteras han sido cortadas.
El presidente Recep Tayyip Erdogan visitará la zona para mostrar su solidaridad con las víctimas y evaluar los daños.
Al respecto, numerosos responsables políticos y asociaciones llamaron al gobierno turco a tomar medidas radicales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero ya que atribuyen estos desastres al cambio climático.