El terremoto de 7.6 que remeció a Japón el último lunes 1 de enero, ha dejado un saldo de 110 personas fallecidas y 211 todavía continúan desaparecidas, así lo informaron las autoridades del país asiático.
El fuerte sismo sacudió la prefectura de Ishikawa (centro de Japón) causó amplios daños en carreteras y viviendas y otros edificios de la zona, donde se cree que continúan centenares de personas atrapadas o aisladas a la espera de la llegada de los servicios de rescate.
A la dificultad de acceder a todas las zonas afectadas se suman las repetidas réplicas del terremoto, entre ellas, la que se ha producido este sábado de magnitud 5.3, que junto a las condiciones meteorológicas adversas están causando nuevos desplazamientos de tierra y anegando zonas afectadas.
Este mismo sábado, una avalancha de barro causada por el último temblor arrasó docenas de casas en la localidad de Anamizu, dejando al menos tres fallecidos y a otra decena de personas atrapadas, según las autoridades locales.
Trascurridas ya más de las 72 horas consideradas clave desde la catástrofe del lunes para hallar a supervivientes, los servicios de rescate continúan la búsqueda entre los escombros de edificios derrumbados y en zonas que quedaron sepultadas por corrimientos de tierra o inundadas por el tsunami desencadenado por el seísmo, que alcanzó los 4 metros en algunos puntos costeros.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, instó a todos los ministerios, organismos y autoridades locales implicadas en las tareas de rescate a "hacer todos los esfuerzos para tratar de salvar tantas vidas como sea posible", durante una reunión de coordinación de las operaciones de emergencia, según recogen los medios locales.