La ausencia del Estado, las paupérrimas condiciones de vida y la inseguridad ciudadana siguen siendo constantes en el centro poblado La Rinconada. Los vecinos de la ciudad más alta del mundo, ubicada al este de Puno, amanecieron con un terrible hallazgo: cuatro cadáveres yacían en el sector de Llactapata a plena luz del día.
Los fallecidos fueron encontrados el pasado 18 de agosto vistiendo ropa de minero, actividad principal -e informal- de la zona, y presentaron disparos en el cuerpo. El cuarto cadáver, alejado unos cincuenta metros de los otros tres, tenía la mandíbula inferior completamente destrozada.
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Según información del diario La Razón, los vecinos de La Rinconada alertaron a las autoridades, quienes realizaron las diligencias dirigidas por la fiscal de turno, Doris Bustamante Barrios. Dos de los cadáveres lograron ser identificados, se trata de Samuel Chino Barreto de 40 años y Eduardo Quisana Salazar de 43 años.
Los vecinos del centro poblado, en su mayoría miembros de la comunidad minera de la zona, exigieron justicia para los fallecidos y sus familias, así como mostraron su descontento por el abandono en que el Estado mantiene el lugar.
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A través del diario La República se pudo conocer que existen sospechas de que el crimen responda a un ajuste de cuentas, pues las disputas entre bandas delincuenciales son frecuentes debido a la extracción de oro. La Policía presume que la banda 'Los Primos' está detrás del caso.