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¿Por qué la madre experimenta diversos cambios a nivel físico y emocional durante el embarazo?

mayo 18, 2023 –
15:03.
Actualizado en octubre 23, 2024 –
18:51.
Los controles de un embarazo.

Cuando una es madre primeriza se convierte en una nueva experiencia. Durante los 9 meses de gestación, el acompañamiento de un especialista en ginecología es primordial, especialmente alguien que te brinde la confianza y tranquilidad suficiente, pues será la persona quien guiará y llevará el control de tu estado de salud y el de tu bebé. 

El embarazo dura aproximadamente 40 semanas, contando desde el primer día del último período menstrual, agrupándose en tres trimestres.

Durante este proceso, la mujer experimenta diversos cambios a nivel físico y emocional, esto debido al crecimiento y desarrollo del bebé. Por tal motivo, es importante cumplir con el calendario de los chequeos médicos, exámenes y ecografías, para asegurarnos que el bebé se encuentra en excelentes condiciones y no esté presentando alguna complicación, de lo contrario poderse tratar a tiempo. 

Ante este contexto, la Dra. Nevia Punis Reyes, gineco-obstetra de la Clínica Stella Maris, explica cuáles son los procedimientos que debe seguir la mamá durante la dulce espera. 

Primer trimestre (1- 12 semana): Los primeros días son claves y de mayor cuidado. Sin embargo, no es motivo para preocuparse, sino llevar un embarazo tranquilo. Se procederá a realizar una ecografía transvaginal para conocer la edad gestacional, localización del saco gestacional y la presencia del embrión. A través de ésta y a partir de la semana 6, se puede escuchar su latido cardíaco. 

Se recomendará a la mamá tomar ácido fólico, lo cual ayudará a reducir el riesgo de ciertos defectos congénitos del bebé, por lo que es muy importante su consumo. Posteriormente, se procederá a programar exámenes de sangre y orina. Entre la semana 11 y 13, es el momento de la ecografía genética, donde se podrá ver si hay alguna sospecha de alteraciones cromosomiales. Esta ecografía tiene como propósito conocer el desarrollo anatómico y el tamaño del feto, con el fin de comprobar que la mayoría de los órganos se estén formado adecuadamente. De igual manera, también se puede evaluar el riesgo de la aparición de una preclampsia de la mamá (presión arterial alta y signos de daño hepático o renal después de la semana 20 de embarazo).

Segundo trimestre (13- 28 semana): Este es el periodo más fácil de llevar, a comparación del anterior. Entre la semana 20 y 23 de gestación, la ecografía morfológica es clave. Por medio de este examen se podrá tomar las medidas del feto y de toda la morfología de sus órganos. Entre las 24 y las 28 semanas, es el momento primordial para realizar un hemograma para prevenir la presencia de anemia y la prueba oral de tolerancia a la glucosa, para descartar embarazos con riesgo de diabetes gestacional. Asimismo, es importante iniciar con las sesiones de psicoprofilaxis después de la semana 26.

Por otro lado, en este periodo se complementará el calendario de vacunas. Entre las semanas 30 y 32, es el mejor momento para conocer la cara de tu bebé y ver su desarrollo, a través de la ecografía 3D o 4D.

Tercer trimestre (29 – 40 semana): Llegamos a la recta final. Entre la semana 31 y 34, se realizará la ecografía de “tercer trimestre”, para evaluar el crecimiento del feto y su posición. En este lapso, volvemos a realizar el control de hemograma, a partir de la semana 33 a la 37, y el examen de orina, que correspondería entre la semana 35 y 37. 

Cabe precisar que, desde la semana 37, la mamá podría empezar a sentir contracciones uterinas, en este momento es cuando la o el ginecólogo procederá a realizar el tacto vaginal para revisar las características del cuello del útero y evaluar la pelvis. En las siguientes semanas, de acuerdo con lo posición del bebé y el detalle de cómo ha ido desarrollándose el embarazo, el especialista recomendará el procedimiento de parto a realizar, si es que sería cesárea o natural. 

“Durante el proceso de gestación algunos procedimientos pueden variar. No obstante, existe una variable fundamental que se puede controlar y es la selección de la clínica donde se tratará. Para ello, es prioritario asegurar que el establecimiento de salud cuente con la infraestructura, recursos y el staff médico de calidad, para atender el parto o cualquier tipo de circunstancia que se presente con la mamá o el bebé”, precisó la especialista Nevia Punis Reyes.

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