Marita Barreto, suspendida fiscal, enfrenta serias acusaciones de manipulación mediática y filtración de información. Según un revelador testimonio de Miguel Girao, excolaborador de la Fiscalía, Barreto habría establecido una red de complicidad con periodistas parcializados, a quienes proporcionaba primicias a cambio de apoyo en su carrera; así lo develó 'ContraCorriente'.
Girao detalló cómo Barreto utilizó estos favores mediáticos para desacreditar a sus rivales, incluyendo a la fiscal Delia Espinoza, y promover a su exaliada, Patricia Benavides, para el cargo de titular del Ministerio Público.
El escándalo se intensifica con la aparición de pruebas de "publicherry", que son contenidos periodísticos en favor de ciertos fiscales por protección y exclusivas, y filtraciones de información privilegiada, las cuales favorecieron a Barreto en su ascenso dentro de la Fiscalía.
La fiscal apartada no solo fue vinculada a estas prácticas cuestionables, sino también a irregularidades en su historial académico, lo que pone en duda su idoneidad profesional.
La confesión de Girao, acompañada de pruebas, desnuda cómo la Fiscalía se convirtió en una mesa de informaciones, donde fiscales y hombres de prensa tienen fines políticos.
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