A sus 71 años, Jorge Fossati asume uno de sus mayores retos en su extensa trayectoria deportiva. El estratega uruguayo fue anunciado como nuevo entrenador de la selección peruana, con el objetivo de ser protagonista en la Copa América 2024, además de lograr la clasificación al Mundial 2026.
Tras la salida del DT Juan Reynoso, el Directorio de la Federación Peruana de Fútbol no dudó en buscar al veterano técnico, luego de que lograra el título nacional con Universitario de Deportes en la temporada 2023.
Por ello, es menester realizar un análisis sobre lo bueno y malo que Fossati podrá desarrollar en la 'Bicolor', pues, hasta el momento, el 'charrúa' solo ha recibido halagos, pero, durante su estadía en nuestro país, también ha mostrado cosas negativas.
A continuación, detallaremos las dos caras de la moneda.
Lo bueno de Fossati
Potencia jugadores: el entrenador busca consolidar la confianza de sus futbolistas para que pueda fluir todas sus cualidades con el balón. Una muestra de ello fue la consolidación de Piero Quispe en Universitario de Deportes, anotando goles, brindando asistencias, convirtiéndose en pieza fundamental para ganar el campeonato en esta temporada. Esas buenas actuaciones no solo lo ayudaron para llegar a la selección peruana, sino también para que sea contratado por el club Pumas de México.
Integra Grupos: cuando Fossati asumió la dirección técnica de la selección uruguaya en el año 2004, estaba prácticamente eliminada de las Eliminatorias para el Mundial Alemania 2006. Sin embargo, el DT reorganizó el plantel y estuvo cerca clasificar a la Copa del Mundo, pero, lamentablemente, perdió ante Australia en la llave de repechaje. Cuando asumió LDU de Quito, en lugar de Edgardo Bauza, ganó la Recopa Sudamericana y obtuvo la Copa Sudamericana.
Universitario no fue ajeno a su buen manejo interno, pues, tras la salida de Carlos Compagnucci, Fossati encontró un equipo desorganizado y con un futuro incierto, pero terminó gritando campeón.
Ha manejado jugadores de primer nivel: el estratega "charrúa" ha sabido comprometer a su proyecto a futbolistas de la talla de Diego Lugano, Paolo Montero, Álvaro Recoba, Darío Silva, entre otros. Ello demuestra la capacidad que tiene Jorge Fossati para ganarse la confianza de sus pupilos.
No negocia las indisciplinas: el técnico prefiere un jugador con menos cualidades deportivas, pero profesional, que cuide su estado físico. No permite escándalos. Sostiene que el cuidar su salud y respetar a la institución es fundamental para que los proyectos tengan logros.
Lo malo de Fossati
No modifica su esquema de juego: Jorge Fossati es fiel creyente de su sistema de 3-5-2. No lo cambia, así juegue en altura o un intenso calor, tampoco si el rival tiene un poderío ofensivo importante. No hay opción a que pueda cambiar, poniéndose en evidencia ante los rivales, ya que no suele presentar novedades en su propuesta futbolística.
Poco tolerante: el estratega no tolera una pregunta incómoda de los medios de comunicación y responde de manera sarcástica o poco amable. Además, cuando el resultado deportivo es negativo, suele buscar culpables y difícilmente reconoce los propios errores.
No apuesta mucho por los jóvenes: es cierto que la gran aparición de Quispe se le atribuye a Jorge Fossati, pero el DT muy pocas veces ha apostado por un cambio generacional. Suele consolidar sus equipos con futbolistas con experiencia. Apuesta por un joven jugador si este tiene cualidades muy resaltantes o no tiene muchas alternativas para una determinada posición.