En su discurso ante la ciudadanía, el presidente Javier Milei recalcó este domingo que no sólo el estado de la economía es deplorable, sino que “en todas las esferas, miren donde miren, la situación de Argentina es de emergencia”.
“La situación de Argentina es crítica y de emergencia”, insistió Milei vestido con la banda presidencial, desde una tribuna instalada a los pies de la escalinata del Congreso de la Nación, en presencia de los principales representantes internacionales que acudieron a su asunción presidencial y ante decenas de miles de ciudadanos.
El flamante presidente enumeró que en materia de seguridad, “Argentina se ha convertido en un baño de sangre”, que una de las ciudades más importantes del país -en alusión implícita a Rosario- ha sido “secuestrada” por el narcotráfico y la violencia, que los ciudadanos han sido “abandonados” por la clase política y que solo el 3 % de los delitos conlleva algún tipo de condena.
En materia social, Milei describió que “la mitad de la población es pobre, con el tejido social completamente roto”, por lo que unos veinte millones de argentinos “no pueden vivir una vida digna”, y seis millones de niños y jóvenes se van a dormir con hambre, caminan descalzos por la calle o han caído en la droga.
Javier Milei se lamentó por las preocupantes cifras de la educación, un panorama que contrastó con el pasado, cuando Argentina se convirtió en el primer país “en terminar con el analfabetismo en el mundo”.
En materia de salud, el presidente dijo que el “sistema se encuentra completamente colapsado”, porque hay hospitales “destruidos”, médicos que cobran “una miseria” y falta servicio de salud básica, una situación que, a su juicio, provocó que durante la pandemia del coronavirus Argentina 130.000 muertos, cuando podría haber tenido sólo 30.000.
En materia de infraestructura, advirtió de que sólo el 16 % de las rutas está asfaltada y apenas un 11 % en buen estado, razón por la cual cada año mueren 15.000 argentinos en accidentes de tránsito.