El expresidente de Honduras (2014-2022), Juan Orlando Hernández, fue condenado en Nueva York por conspirar con narcotraficantes y utilizar la fuerza militar y policial para permitir que toneladas de cocaína ingresen sin obstáculos al territorio de Estados Unidos.
El jurado emitió su veredicto en un tribunal federal, después de un juicio de dos semanas, que ha sido seguido de cerca en su nación de origen.
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Hernández, de 55 años, sirvió dos mandatos como líder del país centroamericano.
Fue arrestado en su casa de Tegucigalpa, la capital hondureña, tres meses después de dejar el cargo en 2022 y, además, ser extraditado hacia Estados Unidos en abril de ese año.
Los fiscales estadounidenses lo acusaron de trabajar con narcotraficantes en 2004, alegando que aceptó millones de dólares en sobornos mientras ascendía de congresista rural al puesto de presidente del Congreso Nacional y, posteriormente, al cargo más alto de Honduras.
Hernández, si bien reconoció que se cedió dinero proveniente del narcotráfico en favor de partidos políticos hondureños, negó haber aceptado sobornos.
El fiscal federal adjunto, Jacob Gutwillig, afirmó ante el jurado que "un corrupto Hernández pavimentó una superautopista de la cocaína hacia los Estados Unidos".
