Magaly Solier ha recobrado las ganas de vivir. Se ha vuelto a ilusionar con estar frente a un cámara y ser iluminada para dar rienda suelta a todo ese talento actoral que no solo la puso en la cima del cine peruano, sino que traspasó fronteras.
La artista ahora sonríe, brinda consejos, de su mente ya se esfumaron esos malos recuerdos de las acciones que hizo cuando estaba envuelta en vicios, que desvirtuaron su vida. Ahora caen lágrimas sobre sus mejillas, pero de felicidad, porque desde su natal Huanta, Ayacucho siente que tiene una segunda oportunidad para poder recobrar sus sueños.
El programa 'Beto A Saber' estuvo presente en la casa de la artista, donde Magaly les presentó a sus cabellos, mostró la naturaleza de la tierra que la vio nacer, además de invitar la tradicional Chicha de Jora, pero ella no toma.
"Mi infancia ha sido la más hermosa del mundo. Mis padres me han tratado muy bien. Mi mamá siempre me ha querido y siempre me querrá, igual que mi papá", declara la protagonista de 'La teta asustada', quien resalta que está persiguiendo el anhelo de regresar a la pantalla grande.