El Ejército del Perú enfrenta graves acusaciones de corrupción tras la reciente compra de 10,000 fusiles IWI Arad 7 por medio de su propia fábrica, FAME.
El contrato, suscrito el 22 de agosto de 2023, asciende hasta más de 27 millones de dólares, lo que implica un sobrecosto de 9 millones, ya que el precio real por fusil es de 1,800 dólares.
Expertos, como el congresista Fernando Rospigliosi, advierten que estas adquisiciones no solo comprometen la integridad financiera del país, sino que también ponen en riesgo la vida de los soldados, ya que los fusiles carecen de pruebas de combate. Además, se han eludido impuestos al registrar la compra con el nombre del Ejército, que está exento de estas obligaciones.
El escándalo se amplía con la reciente firma de un contrato para 30 vehículos blindados 8×8 por 75 millones de soles, un monto excesivo dado su limitado nivel de protección.
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