En Lima, las extorsiones continúan aún cuando se mantiene el estado de emergencia. Un video reciente muestra un sicario amenazando comerciantes en Gamarra, evidenciando la normalización de la criminalidad en la ciudad. Con 15,385 denuncias de extorsión registradas este año, el miedo entre emprendedores y ciudadanos es más que palpable.
La inseguridad ha desatado manifestaciones donde la población exige poder trabajar sin temor alguno. La presidenta de la República, Dina Boluarte, ha sido criticada por minimizar el problema, mientras expertos destacan un aumento del 390 % en casos de extorsión en los últimos 3 años.
Las últimas semanas han sido especialmente violentas, con asesinatos relacionados con extorsiones, como el reciente caso de un exefectivo policial asesinado tras ser amenazado por desalmados delincuentes.
A pesar de las iniciativas del gobierno de Boluarte, como la nueva línea de ayuda para denuncias, la percepción de desamparo persiste entre los ciudadanos.
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