La petrolera estatal Petroperú enfrenta una crisis financiera severa, con pérdidas que alcanzaron los 823 millones de dólares solo en 2023. La situación empeoró en 2024, con pérdidas adicionales de 452 millones de dólares en el segundo trimestre.
La última intervención del presidente del directorio, Oliver Stark, solicitando soluciones urgentes, pone presión sobre el gobierno de Dina Boluarte.
Desde 2017, el Gobierno de Perú ha transferido más de 5,800 millones de dólares en favor de Petroperú. A pesar de esfuerzos, como la reducción de personal, el progreso es limitado y la gestión gubernamental ha sido criticada por falta de acción efectiva. En tanto, el ministro de Economía y Finanzas, José Arista, y el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, enfrentan críticas por su falta de respuesta en el Consejo de Ministros.
Petroperú enfrenta tres posibles futuros: continuar recibiendo capital público, aceptar su quiebra para liquidar la empresa o reestructurar profundamente para reducir gastos. La decisión final recaerá en la mandataria Boluarte, quien deberá decidir entre una solución costosa, la liquidación o una reestructuración que podría, según algunos, estabilizar la compañía.
Mientras tanto, la falta de combustible afecta regiones como Iquitos, donde Petroperú tiene una participación de mercado significativa.
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