En Lima, la inseguridad y la extorsión han alcanzado niveles alarmantes, afectando gravemente a emprendedores y ciudadanos por igual.
Recientes reportes indican que miles de mototaxistas, bodegueros y propietarios de comedores populares son víctimas de amenazas y cobro de cupos, con casos extremos como el asesinato de Jorge Alexander Ríos Laffite, un joven chofer de combi, por no pagar S/ 7 soles a extorsionadores.
El desasosiego se refleja en las voces de las víctimas, quienes claman por justicia y seguridad en medio de un panorama que es más que caótico.
A pesar de las cuestionadas medidas del gobierno de Dina Boluarte, incluyendo la declaración de estado de emergencia en varios distritos, la percepción de impunidad y la falta de recursos en las fuerzas del orden han exacerbado la crisis.
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Muchos consideran que las autoridades deben actuar con urgencia para restablecer la seguridad y proteger al ciudadano de una amenaza que no distingue clases sociales.
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