¿Qué pasa si ya no solo son indicios y encontramos las pruebas que certifican que había un plan; es decir, una organización detrás del autogolpe de Estado del 7 de diciembre de 2022, y que, por 8 meses, pagamos todos los peruanos?
¿Qué ocurrió un día antes del autogolpe? ¿Quiénes y hacia donde viajaron estratégicamente con pasajes y viáticos pagados por un Ministerio de Cultura resguardado por tres favoritos de Pedro Castillo? Una reciente revisión de documentos subidos en este último mes al Portal de Transparencia nos da la respuesta.
Dicen que recordar es volver a vivir, pero esta vez debemos hacerlo para no cometer los mismos errores. Era abril de 2022 y Alejandro Antonio Salas Zegarra era el primer abogado nombrado por Castillo Terrones como ministro de Cultura, sin ninguna experiencia en el cargo. Pero el fajín de Salas era parte de un acuerdo político con Somos Perú; por eso, este escudero del profesor debería explicarnos los viajes que detallaremos enseguida.
Entre el 27 y 30 de abril del año pasado, seis dirigentes sociales comenzaron una rutina de viajes, nunca pagada por el Ministerio de Cultura. Una ruta que respondía intereses específicos de cada una de las asociaciones que representaban. En los documentos se detallan los destinos: Tarapoto, Juliaca, Cusco y Arequipa. Por el pasaje de Lourdes Huanca Atencio, por ejemplo, se pagó 1,269 soles.
No eran ni funcionarios, ni trabajaban para el Estado, pero ocho meses viajaron al interior del país, siempre al mismo destino para cumplir algunos mandatos. El 29 de junio, como consta de nuevo en Transparencia, la compra del boleto aéreo de Lourdes fue autorizado por el mismo despacho ministerial de Salas al mismo destino. Aquella vez, mientras Huanca iba hacia Arequipa, Wilder Sánchez Chávez, de la Confederación Campesina del Perú, viajaba hasta Tarapoto, y así los demás dirigentes.
La práctica constante trajo frutos: Castillo se mostraba en Palacio recibiendo el supuesto apoyo de un pueblo engañado por supuestos líderes o dirigentes que no los representaban. Todo televisado por TV Perú, el canal adscrito al mismo Ministerio de Cultura.
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En agosto del 2022, el ministerio cambió de manos, pero no de estrategia, y los viajes continuaron, pero esta vez todos los meses.
Es el 6 de diciembre, un día antes del autogolpe de Pedro Castillo. Un día clave en este cuadro de viajes: Isidro Limache Carita, de la Unión Nacional de Comunidades Aymaras, viaja hacia Juliaca. Lourdes Huanca Atencio, de la Femucarinamp, hace lo propio hasta Arequipa. Santos Saavedra Vásquez, de la Central Única Nacional de Rondas Campesinas, se va al suelo de Chiclayo, y Oseas Barbaran, de la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú, hacia Pucallpa. En ese tiempo, el sector Cultura era custodiado por la congresista Silvana Robles.
Casi un año después, todavía nos cuesta levantarnos de los fatales 17 meses del gobierno de esa izquierda radical que pretendió tomarnos como toda Latinoamérica y que plantea discursos falsos. Por eso es importante no olvidar.
En una llamada entrevista magistral, Lourdes Huanca sigue mintiendo ahora en México luego de haberse reunido con Lilia Paredes.
La asociación de Huanca sigue inscrita en la base de datos de pueblos indígenas del Ministerio de Cultura, aunque desde su página web fomente el odio y la división de todos los peruanos. En esa base están otras organizaciones que no tienen personería jurídica o real, como es el caso de la Onamiap y la Unca.
Consultamos con el ministerio y nos definieron la BDPI como la base de datos oficial de pueblos indígenas y originarios que, desde 2014, incorpora también organizaciones supuestamente de alcance nacional que debería representar nuestro genuino pueblo, pero fueron utilizadas en 2022 por pseudodirigentes con fines políticos.