Una millonaria obra de agua y desagüe podría perderse por el alcantarillado de las presuntas irregularidades. La obra se llama 'Ampliación y mejoramiento del sistema de agua potable y alcantarillado del esquema Cerro las ánimas y Anexos del distrito de Puente Piedra'. La entidad contratante es Sedapal.
¿Cuál es la suertuda empresa que tendrá todavía estos peruanos de Puente Piedra sin agua potable y bebiendo de un pozo? ¿Cuál? China Machinery Engineering Corporation, en consorcio, con 2H Ingeniería y Construcción. Juntas se llaman 'Consorcio San Isaías' y, de acuerdo con la Contraloría, la construcción va más lenta que una tortuga.
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Esta obra de agua y desagüe tendría que estar terminada el próximo mes, pero solo se ha avanzado un 7% de su ejecución; así lo advierte un reciente informe de la Contraloría. Hoy solo quedaría dos caminos: Sedapal le da más plata o se resuelve el contrato. ¿Cómo se llegó al desastre?
Buzones de agua expuestos, excavaciones peligrosas y todo un campo minado para los peruanos que viven en el Cerro las Ánimas, en Puente Piedra. A los ejecutores del consorcio los buscamos en sus oficinas de Santiago de Surco, pero no obtuvimos respuesta.
Este consorcio chino-peruano es el mismo que tiene botado también el millonario proyecto de Nueva Rinconada, al sur de Lima, valorizado en S/1200 millones. Ahora, en Puente Piedra han hecho lo mismo.
A través de la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, conocida como UNOPS, Sedapal lanzó la licitación de esta obra de agua y alcantarillado en el Cerró Las Ánimas, en Puente Piedra. Al principio, la empresa IVC Contratistas Generales SAC fue la ganadora del contrato el 31 de marzo del 2022. El monto era de S/70 millones, sin embargo, los trabajos iniciarían recién cuando UNOPS contrate al supervisor de la obra. Ese incluso fue el acuerdo entre Sedapal e IVC Contratistas Generales, la empresa ganadora. No obstante, tiempo después, IVC desistió del contrato y Sedapal le dio carta libre para irse.
IVC Contratistas, en comunicación con 'ContraCorriente', ha sostenido que dejó la obra porque, tras 99 días de la firma del contrato, aún no había supervisor y no le entregaban el terreno. Además, señalaron que se detectaron hechos sobrevinientes, es decir, interferencias para la normal ejecución de la obra como redes de gas, viviendas, muros y escaleras. Por eso, Sedapal, por propia iniciativa, concilió con la empresa, que finalmente se fue.
Después de todas estas idas y venidas con el primer contrato de 70 millones. Sedapal, con esas supuestas interferencias para construir, le entregó la obra al consorcio San Isaías, integrado por la empresa China Machinery Engineering y 2H Ingeniería y Construcción. Pero en este contrato ya no era por S/70 millones, sino por S/87 millones; 17 millones más.
El consorcio chino-peruano firmó su contrato en diciembre de 2022. El plazo de ejecución era 330 días. El otro mes deberían entregar la obra terminada, pero no han avanzado casi nada, según la Contraloría.